LA TOMA DEL CASO



 Dr. Luis Detinis
A poco que se transite por el estudio y el ejercicio de la Homeopatía se tendrá clara conciencia de la importancia del tema "la toma del caso". Hahnemann le dedica varias páginas, del parágrafo 82 al 104 y remata a manera de sentencia: Una buena anamnesis nos asegura un 50 % de la cura.
Una condición ineludible para el médico homeópata es colocarse frente al paciente en una postura de respeto y empatía. Sin juzgar, sin condenar. Los sentimientos que nos despierte el enfermo no deberían ser otros que los de compasión, caridad, cordialidad y un auténtico deseo de ayudarlo.
Como el artista que hace abstracción de su yo identificándose con el objeto que observa y formando con él una unidad, el homeópata, en la consulta, se hace uno con el paciente, con el propósito de comprenderlo emocionalmente para establecer su problemática profunda, su sufrimiento, su drama existencial. Sin esta comprensión no podremos percibir la imagen del cuadro sintomatológico. Hahnemann fue el primero en hablar de imagen, en el parágrafo siete dice   que se debe basar la prescripción sobre la totalidad, IMAGEN reflejada al exterior de la enfermedad interior e invisible. Pero esta totalidad no es la suma de todos los síntomas del enfermo, sino una totalidad seleccionada y jerarquizada.
  Stuart Close escribía: "La totalidad no es un mero amontonamiento de síntomas en forma fortuita. Son todos los síntomas capaces de combinarse en forma lógica, en un todo armónico y consistente, que tenga forma, coherencia e individualidad"
Mientras que Paschero sostenía: "Solo es característica una totalidad bien integrada, es decir comprendida por el médico. Lo más importante y más difícil en homeopatía es la "toma del caso" .Ningun recurso técnico o computador electrónico es capaz de suplir el "instrumento" semiológico de la mente del médico, desarrollado gracias a su propia experiencia emocional interna para detectar el síntoma característico determinativo del cuadro. El homeópata debe cultivar ese sentido clinico de síntesis que lo capacita para comprender lo que debe curar en cada enfermo".

La totalidad de los síntomas no es más que una fotografía del cuadro total, mientras que la Totalidad Característica es la obra de arte del homeópata artista que ha captado la esencia.

La totalidad característica se construye con los síntomas característicos. Estos deben reunir determinadas condiciones para ser considerados como tales.

1º Ser raros, extraños y peculiares
2º Ser intensos, marcados, sobresalientes.
3º Generar sufrimiento o esclavizar al enfermo. Ejs. Conscientious, Responsability, great sense of, Fastidious, Jealousy.
4º Condicionar conductas. Ejs. Una azafata que elige su profesión por un fuerte deseo de viajar o una bailarina por el deseo de danza. Un gourmet que elige ser cocinero. Un jugador que va al casino. Un religioso que reza y va todos los días a la iglesia. Una mujer coqueta que pasa dos horas, todos los días frente a su tocador, para su arreglo personal, etc.
5º Estar modalizados.
6º Ser históricos( Continuos o periódicos, ejemplo: se podrá tomar fiebre sin sed como síntoma crónico, si aparece con cada cuadro febril).
7º Estar integrados y ser referidos a la totalidad.
8º Ser universales ( el compasivo debe compadecerse ante diversas situaciones, el afectivo, ser afectuoso con todos, etc).
Si se cumplen al menos dos o tres condiciones de estas ocho, estaremos en presencia de un síntoma característico. Escuché decir a colegas que si el síntoma no está modalizado no debe considerarse. Pero es frecuente en la práctica encontrarnos con síntomas que no presentan modalidades y sin embargo ser útiles para seleccionar el medicamento. De la misma manera el síntoma puede no ser universal y tener el valor de característico. Por ejemplo si el paciente sólo es celoso con su pareja, pero se trata de celos intensos del los cuales el paciente es esclavo y le generan sufrimiento.
Si insisto con esta lista de condiciones para definir los síntomas característicos es porque en los últimos tiempos se ha generado una suerte de confusión con respecto a los llamados síntomas caracterológicos. Son ejemplos: Falta de confianza en sí mismo, Culpa, Nostalgia, Afectuosidad, Compasividad, Sentimental, Sensibilidad a la música, Aptitud por las matemáticas, Precocidad, Carácter suave y delicado, etc.
Algunos homeópatas los desestiman. Argumentan que son características normales del enfermo y que constituyen rasgos comunes a todos los seres humanos. Nosotros decimos que deben ser marcados para tener valor de característicos. Y en este caso son los de mayor jerarquía.
Algunos de estos síntomas, no siempre se modifican bajo la acción del remedio homeopático, pero muchos de ellos son vividos en forma diferente por el paciente. Por ejemplo una paciente Pulsatilla seguirá siendo muy afectiva, pero ya no de una manera infantil o sometida en constante búsqueda de aprobación.
Se han ideado diversos métodos de abordaje en la toma del caso, algunos de ellos útiles en casos complicados o que no responden al método clásico. Lo peligroso es abandonar este método, utilizando otros que no han mostrado en la práctica, hasta el momento, ser aplicables sistemáticamente, o en forma excluyente, ya que toman en consideración una totalidad parcial. Más que métodos, se trata de artificios que pueden resultar útiles en pacientes que no presentan una imagen clara de un medicamento o en casos donde se ha fracasado en varias prescripciones. Como ejemplos tenemos el miasmático y el de la "búsqueda forzada de remedios chicos".
Algunos homeópatas contemporáneos subestiman o desacreditan  el método clásico argumentando que medicar por imagen, es medicar de "ojito"  o "por palpito", o por lo que  "me parece", o por un estereotipo. Alegan que el método carece de valor porque la imagen es intrasferible.
 A decir verdad, la imagen es intransferible, porque no todos los homeópatas ven la misma imagen, pero esto no es obstáculo para la determinación del simillimum, ya que la imagen, aunque tiene una esencia, presenta múltiples facetas que concurren al mismo medicamento, por lo tanto no se trata de un estereotipo.
No negamos que trabajar con la imagen requiere de experiencia, intuición y arte. Pero no debemos, por ello, desalentar a los jóvenes homeópatas. Estos deben capacitarse y desarrollar la intuición, que en mayor o en menor grado todos poseemos.
¿Qué es la imagen? Es una forma superior de un conocimiento. Es una gestalt, una
síntesis. La repertorización, esqueleto de la síntesis, ha sido denominada de distintos maneras: Totalidad Característica por Hahnemann; Taburete de tres patas por Hering, mientras que Jhon Weir lo denominó Sindrome mínimo de valor máximo.
Hahnemann y Kent nos ofrecen un método claro, completo y eficaz para la toma del caso. El método tiene siempre presente la jerarquización de los síntomas, sustentada y recomendada por todos los autores clásicos de la Homeopatía, dando prioridad a los síntomas mentales antes que a los generales, y a los síntomas generales, antes que a los particulares modalizados. Una buena jerarquización nos asegura la elección del simillimum en casi todos los casos. Pero ante cuadros defectivos, con  ausencia de síntomas mentales y generales característicos, los particulares modalizados pueden ser la única guía para la prescripción.
En el método miasmático se trabaja con una totalidad parcial según el miasma activo o predominante.
En la clasificación miasmática de los síntomas, todos los autores se contradicen. Por ejemplo Kent dice que Rhus Tox. no es ningun remedio antisicotico, mientras que J.H.Allen sostiene que Rhus Tox. es uno de los principales remedios antisicoticos.
Kent como ejemplo de remedio antisicótico cita a Calcarea carbonica, mientras que  Proceso sánchez Ortega lo define como paradigma de antipsórico.
David Flores Toledo dice que Allen no da el sí porqué y el no porqué de la clasificación miasmática de los síntomas, lo mismo dice de Kent señalando que no da los parámetros de la clasificacion. Ghatak, se pierde y se confunde al clasificar y finalmente dice de Roberts, que es coincidente en muchos puntos con lo enseñado en homeopatía de México, aunque a veces es diametralmente opuesto.
Coincidimos con David Flores Toledo, ya que no hay acuerdo en la clasificación. Tampoco se subsana el problema diciendo que todos los síntomas son trimiasmáticos ya que si consideramos a todos los medicamentos trimiasmáticos, se invalida totalmente el mecanismo metodológico que consiste en atribuir un determinado síntoma, por ejemplo, a la sycosis, cuando este síntoma es curado por un remedio puramente antisycótico. En síntesis, al curar un síntoma un remedio, no sabemos si lo hace por lo que tiene de antipsórico, de antisifilítico o de antisycótico. Muchos autores utilizan el efecto curativo de los medicamentos para la clasificación de síntomas y modalidades, como parece deducirse de las obras de los distintos autores que escribieron sobre miasmas. J. H. Allen, tal vez el autor que más aportes hizo sobre miasmas, dice en su libro Psora y Pseudopsora: "La cura de un número de casos de blefaritis con Syphilinum en pacientes escrofulosos, me lleva a pensar, que la escrófula no cuenta únicamente con la Psora como base, sino principalmente con la sífilis o sífilis injertada sobre una base psórica". Este afirmación parte del prejucio de suponer que syphilinum es un remedio puramente antisifilítico.
La gran similitud que existe entre las modalidades de algunos remedios y los distintos miasmas, hace suponer que se ha trasladado la sintomatología de un remedio que se prejuzga como máximo representante de su grupo, al miasma respectivo. Ejemplos: Se adjudicarían a la Psora, entre otros, los siguientes síntomas de Sulphur:
Peor al mediodía
Peor por el calor
Peor por el sol
Indolencia
Sobreestimación de sí mismo
Olor a sucio

Se adjudicarían a la sífilis, entre otros, los siguientes síntomas de Mercurius:
Peor por el frío y calor (termómetro humano)
Peor de noche
Peor por eliminaciones fisiológicas (ej. Sudor)

Y en relación a la sycosis los siguientes síntomas de Thuja y Medorrhinum:
Thuja:
Peor por la humedad
Peor de 3 a 5 a.m.
Olor a pescado de las secreciones
Olor dulzón de los genitales
Capilares en tela de araña en las mejillas
Ideas fijas
Ilusión de ser frágil como vidrio
Mejor ocupado


Medorrhinum:
Desea hacer cosas que posterga
Obsesionado por suprimir el flujo
Agitación
Apuro
Existen otras metodologías para la clasificación. Proceso Sánches Ortega utiliza la alteración nutritiva de la célula y otros homeópatas, la intencionalidad del síntoma, que sólo puede observarse en el paciente.
Como vemos, no hay acuerdo entre los distintos autores, lo que torna muy poco confiable la consideración de la selección de los síntomas, como sugería Ghatak, para medicar de acuerdo al miasma predominante.
Constantino Hering, uno de los más grandes maestros de la Homeopatía, quien enunció la Ley de Curación, señala la carencia de utilidad práctica del conocimiento miasmático aplicado a la clínica. En las observaciones preliminares al Organón (3ª edición americana) se expresa en estos términos: "¿ Qué influencia puede tener que un homeópata adopte o no las opiniones teóricas de Hahnemann, en tanto disponga de los instrumentos principales del Maestro y de las materias médicas de nuestras escuelas? ¿Qué influencia puede tener que un médico adopte o rechace la teoría psórica si siempre selecciona el remedio más similar posible?"
Como vemos, el tema de los miasmas aun no está resuelto, ya que plantea numerosos interrogantes.

Quienes sustentan el método de búsqueda forzada de remedios chicos, argumentan que todos los remedios estan en un pie de igualdad, que no existen remedios chicos ni grandes, que la principal causa de fracasos es el déficit de nuestros instrumentos, en especial lo incompleto de nuestra materia médica. Vayamos a la  opinión de Kent en Escritos Menores: "Escuchamos a muchos quejarse de la insuficiencia de nuestra Materia Médica, de la inutilidad de nuestros repertorios, pero generalmente el mayor fracaso en prescribir correctamente y aun fácilmente, no es debido a la falta de buenos libros, sino a la falta de un examen cuidadoso y concienzudo del paciente. No olviden esto, que las mayores curaciones del mundo y de las que se tiene prueba, han sido hechas por los primeros homeópatas con una biblioteca mucho menos completa que la que poseemos ahora".
¿Qué podríamos decir nosotros en la actualidad, cien años después de las palabras de Kent, y con toda la literatura  homeopática a nuestra disposición y la velocidad que nos otorga la computadora con sus programas enciclopédicos?.

También en Escritos Menores sentencia Kent: "Puede ver como cuando alguien se desvía detrás de medicamentos que tienen unos pocos síntomas experimentados y registrados y descuida aquellos de los cuales se tiene un conocimiento exacto a traves de nuestros propios registros y experimentaciones, éste se vuelve más y más insatisfecho con su trabajo diario y necesariamente recurre a métodos dudosos y finalmente a mescolanzas; por eso, ruegue que nuestros jóvenes tomen el caso con cuidado, que registren sus progresos conscienzudamente y en su debido tiempo serán lo que todos se esfuerzan por ser : maestros prescriptores".

Dunham opina sobre los remedios chicos: "Se da el nombre de policresto, a una cantidad de remedios, los empleados con más frecuencia en la práctica médica con un gran campo de aplicación. Sin embargo sería un error suponer que un policresto de prescripción diaria sea más útil en un caso determinado que una droga que prescribimos quizás, una sola vez al año en el caso que lo reclame. Nunca debe olvidarse que cada caso requiere justamente un remedio, el que sea más homeopático, aun si ese remedio es raro y de uso poco frecuente, y que ningun otro remedio por mas popular que sea y por constantemente que se lo emplee, podrá ser tan bueno o reemplazar al remedio homeopático indicado" .... ..."debemos conocer bien nuestros policrestos. Tiene sin embargo suma importancia que al dedicarnos a su estudio no descuidemos ninguno de los otros remedios de nuestra materia médica"
Con todos los elementos que hoy tenemos a nuestro alcance: las patogenesias , las
re-experimentaciones, la comprobación clínica, la amplia casuística de numerosos autores reunida en enciclopedias en los sistemas de computación, estamos en condiciones de afirmar que existen distintas categorías de medicamentos no sólo debido a la mayor o menor experimentación patogenética, sinó también a la mayor frecuencia de experimentadores o pacientes que corresponden a medicamentos policrestos. En 29 años de práctica, por ejemplo, sólo seis veces encontré indicado a Bryonia como remedio de fondo, otro tanto ocurre con Aconitum y Belladona, habiendo sido estos medicamentos suficientemente experimentados y utilizados a diario en cuadros agudos. Es riesgoso sostener que al prescribir policrestos como Lycopodium, Sulphur, Calcarea Carbonica, Natrum Muriaticum o Phosphorus caemos en una práctica simplificada o superficial. Es más probable equivocarnos dando un policresto por otro, que un policresto por un remedio chico.
Algunas veces, la falta de respuesta óptima del paciente no es el resultado de nuestro desacierto en la prescripción del medicamento. Cada vez son más los obstáculos a la curación de los que nos habla Hahnemann en los parágrafos 77 y 94 del Organón. El sedentarismo, el tabaquismo, la polución ambiental, los agroquímicos, los alimentos refinados, el exceso de trabajo, las micro-ondas, las radiaciones, etc., impiden una completa curación. Por su parte Kent dice: " A menos que el pueblo lleve una vida ordenada y honesta, no curará sus enfermedades crónicas".
La pregunta que debemos formularnos, es: ¿ Porqué fracasamos cuando empleamos el método clásico en pacientes con cuadros no defectivos y habiendo hecho una correcta comprensión y una adecuada jerarquización de los síntomas?
Una de las razones, es que el paciente corresponda a un medicamento chico que no tenga aun una patogenesia completa. Esta categoría de remedios, carece en general de síntomas mentales profundos. Por lo tanto, es de buena técnica, ante reiterados fracasos en un caso determinado, tomar sólo los síntomas particulares modalizados. Los síntoma mentales curados podrán ser agregados al medicamento, si se verifican en otros pacientes. Un ejemplo práctico lo tenemos en Medorrhinum. En un comienzo, carecía de síntomas de la esfera afectiva, era imposible arribar a este remedio si se repertorizaban del paciente esa categoría de síntomas. Era frecuente prescribir erróneamente Pulsatilla en lugar de Medorrhinum. Posteriormente, con los agregados de  Roberts y Pierre Schmidt: Nostalgia, Sentimiento de abandono, Sentimiento de Desvalimiento, Celos, Sentimental, Cavila sobre  hechos desagradables del pasado, Temor a la pobreza, etc., Medorrhinum se transformó en uno de nuestros más importantes policrestos.
Algunos homeópatas jerarquizan los síntomas generales o particulares en primer lugar ya que ofrecen menor dificultad en la comprensión que los síntomas mentales y reclaman un menor compromiso del paciente y del médico en el abordaje de la problemática afectiva. Sostienen que al león se lo puede reconocer tanto por su cabeza cuanto por su cola. A esto contestamos que no existe ningún cuadro puro. No todos los síntomas del enfermo se corresponden exactamente con los del medicamento. La Homeopatía utiliza el principio de la semejanza, no el de la identidad absoluta entre paciente y remedio. El simillimum surgirá más seguramente de entre los remedios que cubran los primeros tres o cuatro síntomas de la repertorización que en general son los síntomas mentales. Si en cambio se repertorizan quince o veinte síntomas podrán surgir medicamentos entre los cuales el simillimum no aparezca en forma decisiva. Kent en su trabajo "El uso del repertorio" dice que es suficiente con repertorizar los síntomas mentales y agrega: " estos síntomas relativos al paciente como totalidad no pueden omitirse so pena de fracasar".

Lo beneficioso para el enfermo, para el homeópata y para la Homeopatía, es encontrar un punto de equilibrio para evitar caer en la antinomia "policresto Vs medicamento chico". Lo aconsejable, para los que recién se inician en la práctica homeopática, es, ante la duda en el diagnóstico diferencial, prescribir primero el policresto y no el remedio chico. Es más fácil fracasar con el remedio chico que con el policresto.
Pero tampoco debemos caer en la utilización exclusiva de los policrestos por rutina o negligencia.

En este gran capítulo de la Toma del Caso, es ineludible mencionar el parágrafo tres del Organón que alude a lo que en el paciente debemos curar y por extensión qué es lo digno de curar. Si percibimos ésto, estaremos en condiciones de remover mediante el simillimum, los verdaderos obstáculos para lograr la maduración psicológica, que permita, como lo señala Hahnemann en el parágrafo nueve, la evolución espiritual con el cumplimiento de su destino. Es importante en cada consulta, actualizar la toma del caso y cuando constatemos que el paciente se halle libre de los síntomas que lo esclavizaban, estaremos en condiciones, en la medida de nuestras posibilidades y nuestra propia realización personal, orientar y conducir al paciente en el camino de su auto-realización.



Luis Detinis, Buenos aires 2001.